Los perros no están educados ni entienden las reglas de contacto físico entre los humanos. Como animales que se guían por su sentido del olfato, pueden cometer algunas travesuras de vez en cuando, como oler el trasero de una persona u alguna otra de sus partes íntimas. Suelen colocar sus narices en la entrepierna de sus humanos de manera bastante común. Y aunque puede ser vergonzoso para ti, en realidad tu mascota no tiene malas intenciones.

De acuerdo con el American Kennel Club, entre canes la acción de oler los genitales es una manera de saludar y de conocer al animal que tienen cerca. Puede sonar bizarro, pero es su forma de hacer las presentaciones. Los perros tienen hasta 300 millones de sensores solamente en sus narices, haciendo que su olfato sea increíblemente poderoso. Además poseen un órgano especial, llamado órgano de Jacobson, que está ubicado sobre el paladar y que les ayuda a procesar todos los aromas.

La explicación detrás de ese curioso comportamiento

La necesidad de un can de oler los genitales de una persona está relacionada con glándulas sudoríparas. Estas liberan feromonas que transmiten todo tipo de información, y que los perros son capaces de captar (a diferencia de las personas), como el sexo, edad y estado de ánimo de un individuo.

Dado que las partes íntimas son a menudo las áreas de una persona que un perro puede alcanzar para oler e identificarla, por medio de su aroma, incurren en ese comportamiento de oler la entrepierna. También pudieran hacerlo a través de las axilas pero, nuevamente, los genitales son más accesibles para estas mascotas.